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06 mayo, 2013

El ejercicio en el embarazo contribuye al desarrollo cardiaco

Realizar ejercicios en el embarazo regularmente contribuye a que el ritmo cardiaco del bebé sea más bajo, lo que se considera un parámetro de salud cardiaca. Si la mujer está saludable y el embarazo marcha bien, es posible que realice ejercicios aeróbicos moderados con regularidad, con lo cual ayudará a que el corazón de su bebé esté saludable.

José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), señaló que “aunque todavía se desconoce la causa exacta por la que el feto adquiere los beneficios del ejercicio materno, se cree que las hormonas segregadas tras la práctica de deporte, las conocidas endorfinas, traspasan la placenta durante la actividad física favoreciendo el desarrollo del corazón del feto y haciendo, en definitiva, que el niño esté más cardioprotegido desde el momento de nacer”.

Tal parece que el feto de una madre que practica ejercicios regulares, tendrá más endorfinas y así su corazón se desarrollará más saludable.

Lo que se aconseja entonces es que la mujer consulte con su médico con respecto a cuáles son las actividades recomendadas, como por ejemplo caminar a paso ligero, o practicar yoga o Pilates. Caminar y realizar ejercicios de elongación fortalecen el suelo pélvico y la pared abdominal, lo cual ayuda a que la mujer tenga un mejor parto.

Este estudio comparó las mediciones cardiacas a mujeres en las semanas 28, 32 y 36 de gestación, encontrando que aquellas que practican ejercicios con regularidad – por más de 30 minutos unas tres veces por semana, como mínimo – tienen hijos con ritmo cardiaco más bajo.

“La taquicardia del bebé durante el parto es signo de sufrimiento fetal, por lo que si el ritmo cardiaco del bebé se mantiene bajo, dentro de los parámetros establecidos, el riesgo de sufrir taquicardias durante el parto es menor, lo que beneficia al recién nacido y evita complicaciones. Por esta razón, un ritmo cardiaco fetal bajo es señal de un corazón más sano”, explicó el especialista.

Los bebés de mamás que se ejercitan además tienen un ritmo cardiaco más estable, y estos beneficios se mantienen durante todo el embarazo y al menos durante el primer mes de vida.