Los movimientos del bebé antes de nacer, sobre todo cuando se acercan las últimas semanas, y a partir del octavo mes muchas veces comienzan a disminuir, provocando situaciones de alerta, y alarma en su mamá, que durante muchos días y desde el comienzo del embarazo se fue acostumbrando a sentir constantemente como un remolino en la barriga.
Debemos tener presente que el feto se encuentra en movimiento desde las primeras semanas de vida, y los mismos son casi imperceptibles; muchas madres comienzan a sentirlos recién , al promediar al segundo trimestre de embarazo aproximadamente entre la semana 20 y la 23.
Antes de nacer, y después de muchas semanas sintiendo los movimientos del pequeño que se está gestando, las madres comienzan a sentir que el bebé disminuye sus períodos de movimiento, y que cada vez se hacen más cortos, o más pausados, y mucho más intensos. Ésto no quiere decir que el bebé ha dejado de moverse, la situación refiere a que durante el último trimestre de embarazo, el pequeño ya está formado y debe ganar peso, y tamaño para llegar al mundo.
El útero materno comienza a quedarle pequeño, por eso se mueve menos, y al mismo tiempo ocurre que la placenta empieza su período de envejecimiento por lo que debe ahorrar energía hasta el momento del parto. Habrás notado que el bebé se mueve siempre y más o menos en los mismos horarios, si tienes dudas y consideras que el bebé no se mueve, lo correcto sería consultar con el médico especialista y asegurarse mediante un monitoreo, que sus latidos fetales, son normales.