Lo llamamos antojos, pero muchas veces son necesidades de nuestro organismo. Seguro que en algún momento (o en muchos) de tu embarazo sientes unas ganas irrefenables de tomar un dulce, pero aportan muchas calorías y pocos nutrientes. La solución o una recomendación: está en la bollería elaborada en casa. Si te animas a preparar un bizcocho, sustituye las harina blanca por integral, usa lácteos desnatados y emplea menos azúcar que la receta tradicional. Por contra, añade frutas desecadas, como pasas, o trozos de frutos secos (nueces, almendras) y cúbrelo con mermelada de frutas, que contiene vitaminas.