Los bebés de 16 meses son los que, estadísticamente, tienen más probabilidades de sufrir accidentes, según una investigación desarrollada en Estados Unidos que estudió más de 23.000 casos de accidentes en niños menores de cinco años. El mayor índice se registró en pequeños con edades entre 15 y 17 meses, y los principales accidentes fueron la ingestión de cuerpos extraños, las caídas y las quemaduras.
La estadística refleja las particularidades de esta etapa del desarrollo, ya que a los 16 meses los niños están en una fase en la que se sienten relativamente seguros de sí mismos y tienen una gran curiosidad, pero aún no son conscientes de los peligros potenciales que les rodean.