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24 julio, 2013

Al super con los niños

Algunas de las premisas que según los expertos, debemos tener en cuenta a la hora de hacer la compra en el supermercado son por ejemplo el no ir con el estómago vacío, – como si fuera tan agradable ir después de comer-, llevar una lista de todo lo que necesitamos y no salirse de ella (como si fuera tan fácil), revisar las ofertas y comparar los precios entre las diferentes marcas, – mi madre va a tres sitios distintos, claro que tiene todo el tiempo del mundo -, todo ello con la finalidad de que no se nos disparen los gastos de supermercado.

Bueno, pues les diré que los expertos anteriores se han olvidado de la mejor medida de todas para ahorrar en la compra y no es otra que ir al supermercado con niños, y a poder ser con más de uno. Os aseguro que a los 5 minutos de haber entrado, en el parking, ya querrás volver a casa.

Organizar la logística

Vamos a suponer para el correcto funcionamiento del estudio que vamos con dos niños, bueno y porque con más de dos ni siquiera puedo imaginarme cómo salir vivo de la línea de cajas. Supongamos también que ambos tienen menos de cuatro años y caminan por si mismos (si no caminan lo complicado es llevar la cesta y el carro del bebé y si son mayores lo dejamos para otra entrada).

Llegamos al parking con nuestros retoños y nos disponemos a localizar un carro. ¿No tienes tanto que comprar y crees que no necesitas carro? Eso no importa, el carro en esta situación no es para llevar la compar, bueno, si lo es pero no como opción principal. El carro nos va a servir para llevar a nuestros hijos más o menos controlados en todo momento.
¿Dos en un carro para uno?

Bueno, tenemos el carro con un asiento, dos retoños, tres opciones y una pelea en ciernes.

¿Quién se sienta en el asiento? En este punto hay que ser salomónico, llevando apuntado si hace falta a quién le toca subirse, o bien eliges el pack suicida “me llevo los dos andando“.

Por ejemplo, la opción “dos en el saco” está bien si vamos a por un par de cosas de las irrompibles como leche, latas, etc. ya que lo normal es que si pones por ejemplo unas fresas en el mismo habitáculo que ellos, cuando llegues a la línea de cajas no sepas quién ha metido la mermelada de frutos rojos en el carro o el pan rallado.

La tercera opción es la que yo aplico, uno va en el asiento y otro va de vigía en la proa del “carro pirata” avisando al resto cuando divise en el horizonte las verduras, los peces, la leche, etc. y a mitad del recorrido se intercambian los papeles.
Algunos ejemplos que te puedes encontrar

Modelo me gusta conducir, con este tenemos que ir muy despiertos y desarrollar nuestra capacidad espacial. Dícese del niño que va con el brazo extendido a modo conductor de cierta marca famosa de coches, lanzando al suelo todo lo que le pongamos delante.
En ciertos lugares se le conoce como el modo “elefante en cacharrería” y nos obliga a llevar el carro lo más alejado de la “ventanilla” por donde el peque nos saca la manita.
Hay un modo avanzado de este que es la opción doble, cuando uno saca el brazo por un lado y el otro lo saca por el lado contrario haciendo un barrido del 100% de las estanterías. En este punto lo mejor es ir por el pasillo central y entrar a los laterales uno solo y corriendo.

Modelo “brazo domótico”, este para el ahorro es demoledor. Aquel niño que en cuanto nos descuidamos decide completar nuestra lista de la compra con lo primero que pilla obligándonos a volver a revisar la lista en la línea de cajas.
¿Cómo detectarlo?
- ¿compresas? Pero si hasta dentro de dos semanas no las necesito. ¿Qué pintan aquí?

Modelo “brazo domótico ahorrador”, es la versión anti-crisis del anterior y se produce cuando uno de los dos va “vaciando” el carro de todo aquello que considera superfluo.
¿Cómo detectarlo? La tercera vez que pones el brócoli en el carro y en el pasillo siguiente ya no está, debería hacer saltar todas las alarmas.

Modelo “robot de cocina”, tu metes en el carro la harina, los huevos, el azúcar y cuando llegas a la línea de cajas tienes la masa pastelera preparada.
Consejos

La velocidad es tu amiga, procura detenerte lo mínimo. Olvídate de leer etiquetas, comparar productos, hacer colas y nada que de pié a tus hijos para aburrirse. La combinación niño aburrido – carro de supermercado lleno es caústica.

En las grandes superficies suele haber una sección de cuentos y libros. Coge uno para cada uno, de tamaño de los que dan para una media hora de “lectura”, cuando termines la compra los devuelves (vigila que vuelvan enteros claro). Tampoco te pases de grosor porque no vas a salir hasta que no se los hayan terminado.

Pan, galletas, patatas fritas, compañeros de viaje. Yo me decanto por el pan, que es lo más barato y sano. Según entres ve directa a esa sección dales un trozo de pan y así permanecerán tranquilos un buen rato.
Carros especiales dignos de mencionar

Los carros con maxicosi, vienen muy bien cuando tu bebé no puede ir sentado y tienes que hacer una compra grande. Llevar una cesta y un carro es relativamente sencillo, dependiendo del modelo de silla, pero un carro del super y una silla es, digamos que un poco complicado. Así que estas cosas se agradecen. El problema es que no suele haber demasiados.

Los mini-carros para niños o compras ligeras, son como un carro de supermercado después de haber sido lavado a 60ºC. Sirven tanto para hacer comprar pequeñas como para que los lleven los niños. Problema: son muy muy escasos.

Los coche-carros, coche similar a los de pedales para niños que lleva acoplado una cesta y un sistema de manejo y tracción animal (es decir, tu empujas). ¿Pegas? Escasos y de capacidad limitada.

¿Cómo son vuestras visitas al super con los niños? ¿Os manejáis bien?