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28 junio, 2013

Tener hijos preferidos es una actitud natural de las personas

Cuando la familia se agranda y llega el segundo y el tercer hijo, se comienzan a ver las preferencias de los padres sobre algunos más que sobre otros.

Decir ésto puede llegar a ser muy cruel para un niño, pero un estudio ha demostrado que ésta es una decisión que no sólo es real, sino que, también, es natural.

Aunque muchos padres lo niegan y respondan que quieren a todos sus hijos por igual, esta afirmación no es del todo sincera. El estudio en cuestión ha generado muchas controversias.

Una de cada cuatro madres confiesa tener un hijo favorito. Así lo expresa un estudio dirigido por Katherine Conger, profesora de Desarrollo Humano y Estudios Familiares en la Universidad de California.

Según este análisis, el 65% de los padres y el 70% de las madres revela una preferencia por uno de sus hijos, la mayoría de las veces, esa preferencia es por el mayor.

El equipo liderado por la doctora Conger analizó a un total de 384 pares de hermanos junto a sus padres. Sobre ellos, se realizaron observaciones a lo largo de tres años. Un tiempo bastante considerable para obtener datos fiables.

Repercusiones en la Revista Times

Este trabajo tuvo tal repercusión, que uno de los principales temas publicados en la Revista Time fue el de un reportaje que se tituló: Por qué a mamá le gustas más tú?. Esta nota, ocupó la portada de dicho medio para el mes de octubre del año 2011.

Este artículo es relevante porque está firmado por Jeffrey Kluger, que es el autor del libro llamado: El efecto de los hermanos: lo que los vínculos entre hermanos y hermanas revelan de nosotros. En dicha nota, Kugler generó polémica porque afirmó que el 95% de los padres tienen un hijo preferido y el 5% restante miente.

La explicación

Kluger da la explicación de esta preferencia y explica que proviene de la búsqueda de la supervivencia de toda la especie. Es por eso que el acto biológico y narcisista quiere replicarse a uno mismo a través de las generaciones venideras.

Por este motivo, los padres se inclinan a favor del hijo mayor o, en su defecto, del más saludable. La visión del integrante más grande y joven es la de una persona fuerte y con mayor éxito reproductivo.