-

10 mayo, 2013

Los bebés necesitan contacto, seguridad y ritmo para dormir

Los bebés están acostumbrados al vientre de mamá a la hora de conciliar el sueño. ¿Cómo podemos recrearlo nosotros cuando nace para que duerma bien?

Contacto, seguridad y ritmo

Nosotros no enseñamos a dormir al bebé, no podemos. Los niños ya saben dormir. Lo hacen en el útero desde el sexto mes de embarazo y ningún feto tiene problemas de sueño porque está en contacto con todo lo que necesita: alimento, contención, ritmo, movimiento continuo. Entonces, si no le enseñamos a dormir, ¿qué hacemos?

Para dormir, el recién nacido necesita seguridad y ritmo. La seguridad la da el contacto corporal con mamá y papá (cuanto más, mejor) y sentirse bien sostenido en brazos. Respecto al ritmo, hay bebés a los que les basta escuchar el corazón de mamá, sentir el suave movimiento de su respiración o una nana repetitiva.

Otros necesitan que el ritmo se manifieste de forma más explícita, a través del movimiento corporal más activo. Hay diferentes opciones (trucos):

- La mecedora. El bebé duerme compartiendo el balance de la mecedora con su madre.
En pie, parados, movemos nuestros brazos en horizontal, tanto si el pequeño está boca arriba como si está boca abajo.
- Balanceamos todo nuestro cuerpo con él en brazos, mientras paseamos.
- Los pañuelos y bandoleras suelen ser una solución bastante eficaz. Crean las condiciones que necesita el bebé: la tela comprime todo su cuerpo, lo que relaja su sistema nervioso; el pequeño se siente abrazado y bien sostenido, seguro y cerca del cuerpo de mamá.
- El colechoes otra opción que tiene sus defensores y detractores.
- Dar una vuelta en la sillita del coche, el ritmo del vehículo es monótono, hipnótico y va acompañado de la ligera vibración del motor. La mayoría de los niños acaban durmiéndose.
- Colocar al bebé en una hamaquita sobre la lavadora en marcha. Es una medida desesperada para situaciones desesperadas. No es lo ideal, pero no pasa nada por recurrir a ello en un momento difícil. Hay bebés que necesitan estímulos más fuertes, como el de la lavadora (sobre todo si es viejita, tiene un sonido más fuerte y vibra con más claridad). Por supuesto, lo haremos siempre respetando una regla de seguridad imprescindible: no dejarnos solo al bebé en ningún momento sobre la lavadora, ya que podría caerse.