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03 abril, 2013

Cómo tomar la temperatura al bebé

Solo con rozar a nuestro hijo, los padres detectamos que está más caliente de lo normal, pero para cerciorarnos de que tiene fiebre, debemos ponerle el termómetro. Te explicamos cómo hay que hacerlo.

"Este niño está ardiendo, ¡mira!, tócale la frente". Es nuestro modo habitual de saber si el niño tiene fibre, pero este gesto no basta, puede que sean solo unas décimas porque está acalorado y de eso depende el tratamiento que vamos a aplicar. Hay que medir la temperatura con un termómetro.

¿Cuándo tienen los niños fiebre?

La temperatura normal oscila entre 36,5º y 37,5º. Se habla de febrícula entre 37,5º y 37,9º. Se considera fiebre a partir de 38º.

El termómetro adecuado

Aunque hoy podemos encontrar termómetros muy rápidos que toman la temperatura en segundos, en el oído o en la frente e incluso incorporados a un chupete, los pediatras que asesoran a Ser Padres prefieren el termómetro digital, porque es preciso, seguro (es de plástico irrompible), sencillo (fácil de leer) y veloz (mide la temperatura en pocos minutos y suele avisar con un pitido). Los de vidrio hace tiempo que se prohibieron debido a su fragilidad y a los efectos tóxicos y contaminantes del mercurio que contienen (si todavía tienes alguno en casa, llévalo a la farmacia o a un punto limpio de recogida de residuos).

La mejor forma de tomar la temperatura

El mejor sitio para tomar la temperatura al bebé es la axila. La toma rectal también es muy precisa, pero a muchos niños no les gusta que les sujeten los tobillos (hay que hacerlo mientras dura la medición para que no se muevan). Además esta técnica no se debe utilizar si el bebé tiene diarrea o el culete irritado.

Además, la temperatura no se manifiesta de igual forma en todo el cuerpo. En el recto el termómetro registra medio grado más que en la axila o la ingle. Esto no es constante durante todo el día: por la tarde, incluso en las personas sanas, puede haber una variación al alza de entre 0,4 y 0,8 ºC respecto a la mañana.