Nuevas investigaciones de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Sahlgrenska en Gotemburgo, Suecia, hallaron que además el café puede retrasar la llegada del parto, algo que sin dudas predispone a inducciones y a cesáreas, situaciones que claramente conllevan más riesgos para la mujer y el bebé, que si el parto se desencadena por sí mismo.
En efecto, descubrieron que cada 100 mg de cafeína consumida al día se aumenta la duración del embarazo en cinco horas. Y cuando la cafeína provenía del café, y no de otras fuentes, la duración del embarazo se extendía en ocho horas adicionales. Las actuales recomendaciones colocan en 200 mg. diarios la cantidad que se puede beber, aunque nuevos estudios podrían cuestionar esta cifra.
Los investigadores creen que no se trata solo de la cafeína, sino de algo más en el café que hace que el embarazo se alargue. No está claro por qué la cafeína podría tener ese efecto, apuntó.
“Sabemos que la cafeína cruza la placenta y que el bebé no la puede metabolizar muy bien, podría afectar algunos de los factores asociados con el crecimiento”, opinaron.
Mientras que la Organización Mundial de la Salud plantea en 300 mg al día la limitación de café en el embarazo, en Estados Unidos y otros países esa cantidad es de 200 mg al día.
Cabe señalar que esa es la cantidad de cafeína que se halla en dos tazas pequeñas de café, no en un “café tamaño Starbucks”, como explicaron. Hay menos cafeína en una taza de té, o en un trozo de chocolate, que contiene unos 35 mg de cafeína.
Asimismo, el estudio encontró que un bebé que pesaría unos 3,6 al nacer, cada 100 miligramos de cafeína consumidos a diario por la madre reduciría el peso del recién nacido en casi 28 gramos.
