En su libro “Nacimiento sin Violencia” del año 1975, el Dr. Leboyer plantea sus fundamentos, que se basan en minimizar el trauma de llegar al mundo, reduciendo las tensiones para el niño y la madre, ya que asegura que este nacimiento en un ambiente tranquilo contribuye a que los bebés sean más felices y se sientan más contenidos.
El parto Leboyer se desarrolla en una habitación con luz tenue, sin ejercer presión en la cabeza del bebé, colocando al bebé sobre su mamá no bien sale del útero, y generalmente mamá lo masajea suavemente para estimularlo a llorar y llenarse los pulmones de aire.
Otros fundamentos son no cortar el cordón hasta que deje de latir y darle al niño un breve baño en agua tibia para recrear la atmósfera de la que acaba de salir.
Así, actualmente – y afortunadamente – muchas de estas prácticas se han convertido en habituales en muchas maternidades, como la práctica de colocar al bebé sobre el pecho de la mamá al nacer procurando no separarlos, dar suaves masajes para hacerlo respirar cuando no lo hace por sí solo en lugar de colocarlo cabeza abajo y darle palmadas, entre otras prácticas que hoy ya están generalizadas, pero que se las debemos al Dr. Leboyer y sus investigaciones. Y más aún si mencionamos que Michel Odent fue nada menos que su discípulo.
