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10 octubre, 2011

Nutrición Infantil: Demasiada sal

Los bebés toman demasiada sal. Lo afirma un estudio británico que recientemente he leído comentado en la revista Consumer y me ha hecho darme cuenta de los errores que comentemos los padres en la introducción de la alimentación complementaria. Los bebés británicos duplicaban y hasta triplicaban en consumo de sodio recomendado. La cuestión me parece realmente seria y espero que algunas recomendaciones básicas os ayuden a evitarlo.

Es posible tomar medidas para evitar este exceso de consumo de sal y serían claras y sencillas: no dar a los niños alimentos industriales, no darles leche de vaca antes del año y no introducir la alimentación complementaria antes de los 6 meses.

No adelantar antes de los seis meses la alimentación complementaria.

La leche materna y, en caso de no ser posible amamantar, la leche artificial, son el único alimento que deberían tomar los menores de seis meses por múltiples razones. La mayor cantidad de sodio que tienen los alimentos sólidos es una razón más y muy a tener en cuenta.

No darle a los niños productos alimenticios industriales

Los potitos pueden llevar sal añadida. El jamón york y el queso, también, asi como muchos de los demás alimentos preparados incluso los destinados a los bebés. En conclusión, los bebés deberían comer alimentos naturales hechos en casa y a los que no se añada sal.

Los bebés no deben tomar leche de vaca ni derivados

Obviamente todos sabemos ya que a un menor de 12 meses no hay que darle leche de vaca. Pero hay que poner también atención a las galletas que la contengan y a los supuestos yogures adaptados, pues su composición no es tampoco recomendable si queremos proteger a los niños del exeso de sodio.

Agua baja en sodio para los bebés

La cantidad de sodio del agua es una cuestión que hay que tener en cuenta, eligiendo aguas bajas en sodio y, si nos planteamos usar agua del grifo verificar su composición previamente y no hervirla más de lo necesario. Podéis encontrar consejos en unos artículos que hemos publicado sobre el agua más adecuada para los bebés y la cantidad de sodio que puede tener.

En nuestro Especial sobre Alimentación Infantil en Bebés y más os estamos ofreciendo recetas y recomendaciones sobre nutrición que os podrán hacer más sencillo el ofrecer a los niños alimentos sanos y hechos en casa. Uno de los beneficios será, uno más, el no darles exceso de sodio al descartar los alimentos de producción industrial.

No añadiendo sal a los alimentos infantiles, no comprando productos industriales, descartando la leche de vaca y no ofreciendo alimentación complementaria antes del año podremos tener controlado el exceso de sal, pudiendo, a partir del año, incorporarla de forma muy medida, no más de media cucharadita de café al día incluyendo lo que lleven cosas compradas, no solo lo que hagamos en casa.

Los adultos, como media, consumimos el doble de sal de la que debiéramos, y eso se debe a nuestros hábitos alimentarios y por supuesto, a la preferencia por el exceso de sal instaurada desde la infancia. El consumo excesivo de sodio se relaciona claramente con la hipertensión. En los niños, perjudica a sus riñones y puede ser una causa que predisponga a la hipertensión.

El sodio es necesario, pero en su justa medida

El sodio es un mineral necesario, indispensable para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Regula la cantidad de líquido del cuerpo, la absorción de los nutrientes y además, tiene un papel importantísimo en la transmisión de los impulsos nerviosos y la contracción de los músculos.

Nuestro cuerpo recibe el sodio de los alimentos y lo absorve por el intestino delgado. La regulación de la sed tienen relación con la cantidad de sodio en nuestro organismo. El hipotálamo tiene unos osmoreceptores que nos inducen la sensación de sed si tenemos demasiada concentración de sodio y poca agua en el cuerpo y a través de la hipófisis ordenará la producción de la hormona vasopresina que hace que perdamos líquido a través de la orina cuando hay exeso de líquido en el cuerpo y, por consiguiente, una baja concentración de sodio, regulándo esta condición con la pérdida de líquido.

La sed, por lo tanto, sirve para regular naturalmente la cantidad de sodio en nuestro cuerpo. Por eso tenemos sed y por eso, comer alimentos demasiado salados hace que tengamos más ganas de beber agua. En las personas sanas la sed regula la cantidad de agua que necesitamos y no hay que forzar a beber a un niño sano, aunque si ofrecerle líquido si hace mucho calor.

Todos los alimentos cuentan con sodio en su composición química, igual que contienen otros minerales. Los alimentos de orígen animal tienen mayor concentración de sodio que los vegetales. Sin embargo hay alimentos que lo contienen en cantidades muy elevadas. Esos alimentos son los principales excluidos en las dietas hiposódicas y no deberíamos ofrecerlos tampoco a los niños de manera habitual, incluso si ya tienen edad de tomarlos.

Para los niños habría que tener mucha atención con el consumo de fiambres, embutidos, encurtidos, salazones, conservas, enlatados, quesos duros, mayonesas, mostazas, salsas, cubitos de sopa, sopas en polvo, manteca, margarinas, pastelería industrial o cualquier alimento precocinado o preparado.

Ya hemos establecido que para los bebés habría que cocinar sin sal y no darles productos industriales que puedan contener sodio. Para los niños mayores de un año y para cualquier edad siempre hay que tener en cuenta que aproximadamente el 75% del sodio que consumimos procede de fuentes que no son el salero, por lo que cocinar sin sal o con muy poca sal es una buena costumbre y siempre leer las etiquetas de los alimentos que compremos.

Los riñones del bebé aún son muy pequeños para manejar grandes cantidades de este mineral, por lo que el puré, las papillas o demás comidas que les preparemos deben ser en lo posible naturales, sin conservantes y sin agregado de sal.

La recomendación es nada de sal en la comida del bebé. Para que no quede sosa, podéis añadir especias que aportan sabor y buenos nutrientes.

Espero que con estas recomendaciones sea más sencillo evitar que los bebés consuman exceso de sal.