Diversos estudios han corroborado que tener hermanos tiene un efecto muy positivo en los niños y su desarrollo, pero además en el caso de las hermanas mujeres, estos efectos se potencian al punto que entre ellas es menos frecuente que haya casos de depresión.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Brigham Young (EEUU), determinó que tener hermanos, independientemente de su género, hace que los niños se sientan más protegidos e incluso aprenden más de ellos cuestiones como la generosidad o la amabilidad que de los adultos.
El hecho de que las mujeres tengan más tendencia a hablar hace que además entre hermanas haya menos probabilidades de que alguna de ellas sufra depresión en la edad adulta.
Incluso las habituales peleas entre hermanos suelen ser elementos beneficiosos, pues así los niños aprenden a controlar sus emociones.