Hace algunas semanas pudimos conocer otro efecto benéfico de la lactancia, y es que los bebés alimentados de esa forma son capaces de controlar mejor la cantidad de alimento que reciben, con lo cual en un futuro tienen menos posibilidades de padecer de obesidad al no exagerar las porciones de su comida.
Otra forma más de la leche materna de proteger a los bebés de la obesidad se relaciona con el hecho de que esta leche contiene leptina, una sustancia de la que carece la leche de fórmula. Un grupo de científicos de del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, que dirige el profesor Andreu Palou desde la Universidad de las Islas Baleares (UIB), ha identificado el efecto protector que tiene la leptina, presente en la leche materna, para proteger en un futuro al bebé de la obesidad y otras complicaciones que pueden darse más tarde en su vida.
La leptina sería uno de los ingredientes principales por el cual la lactancia materna es tan beneficiosa. También protege de complicaciones metabólicas, como la esteatosis hepática (hígado graso) y otras, que se presentan cuando habitualmente se consumen muchos alimentos de alto contenido graso.
La leptina, al recibirse en el primer alimento del ser humano, reviene el fenómeno de “resistencia a la acción de la leptina”, causante de muchos de los casos de obesidad.