La tos es un mecanismo de defensa del organismo que tiene la función de expulsar mucosidades o partículas extrañas (comida, líquido, etc.) de las vías respiratorias. No es una enfermedad, sino un síntoma que nos avisa de que hay una infección o una irritación en el aparato respiratorio (laringe, senos paranasales, garganta, bronquios, pulmones).
Cuando un niño tose conviene averiguar si la tos es seca (sin mucosidades) o es productiva (con mucosidades). No se trata de suprimirla, sino de atenuar las molestias que produce en el niño.
Cuidados en la alimentación:
- Tomar líquido en abundancia ni muy fríos ni muy calientes
- Los líquidos en general ayudan a fluidificar y eliminar el moco.
- Conviene ofrecer a nuestro hijo leche, jugos naturales de frutas, caldos y sobre todo agua.
- No hay que forzarlo a comer si tiene vómitos.
- Conviene evitar alimentos ácidos (naranja, vinagre…) y alimentos que dejen migas pegadas en la garganta (tostadas, galletitas, etc.), porque pueden aumentar la tos.
Lo que NO se debe hacer:
- NO hay que sustituir el tratamiento que ha prescrito el pediatra por remedios caseros.
- NO es aconsejable dejar el humidificador encendido durante toda la noche.
- NO hay que darle al niño jarabe sin la indicación del pediatra, porque puede tener efectos secundarios graves.
- NO debemos hacer vahos caseros con agua hirviendo, por el riesgo de quemaduras.
- NO hay que darle friegas de alcohol en el pecho: irritan la piel.
- NO está bien darle antibióticos, aunque la tos sea rebelde.
Nota consejos: Remedios caseros
Tomar un vaso de leche tibia con una cucharadita de miel antes de acostarse lo relajará y lo ayudará a conciliar el sueño.