Cuando el calor aprieta, las elevadas temperaturas pueden hacerse insoportables tanto para los adultos como para los bebés y niños. Por eso, en sí el aire acondicionado no es perjudicial para los bebés, si se usa correctamente.
Para ello hay que tener en cuenta dos factores: la humedad y la temperatura. Cuando hay un bebé es mejor poner la temperatura ambiental a unos 25ºC y al extraer la humedad los adultos se encuentran confortables y el bebé no se enfría, consiguiendo una temperatura de confort (más-menos un grado).
El riesgo está en los aviones: para los vuelos, así como para cualquier viaje en transporte o cualquier salida a un lugar en el que no controlemos nosotros la temperatura, es conveniente llevar una chaquetita o manta para el bebé. En los aviones la temperatura ambiental suele ser de 22º pero la humedad está al 20%, por lo que al cabo de poco tiempo todo el mundo empieza a tener sensación de frío.
En mi opinión, deberíamos ser más osados con las quejas y peticiones a los responsables de transportes, centros comerciales, restaurantes… si consideramos que, tanto para nosotros como para los bebés, las temperaturas del aire acondicionado no son las adecuadas.