Los especialistas coinciden en que un bebé gordo no es un bebé sano y que es un mito de las abuelas asociar los rollitos con vitalidad. Cada bebé tiene un mecanismo automático de regulación de lo que come y hay que respetarlo.
Los primeros seis meses se recomienda que tomen el pecho a libre demanda. Si ello no es posible y el bebé tiene que tomar mamadera, se recomienda probar con pocas cantidades -en principio 30 0 60 cm3- e ir subiendo la medida si él así lo desea. Pero no hay que insistir si no quieren. Si comieron menos de lo que necesitan pedirán antes, si comieron más, después.
La curva de crecimiento es la herramienta objetiva que tienen los pediatras para controlar que esté todo bien. Se evalúa peso, estatura y perimetrocefálico de acuerdo con su edad y de allí se determina un percentilo de crecimiento.
Alrededor de los seis meses y de acuerdo con lo que indique el pediatra, tendrás que comenzar a incluir las primera papillas.
Estos consejos te serán de gran ayuda:
–El momento de la comida no tiene que convertirse en un show mediático donde todo el mundo juega o distrae al bebé para que coma. Por el contrario, debe ser un acto lo más natural posible.
–Durante el primer año, el bebé tiene cubiertas todas las proteínas a través de la leche. Por eso la introducción de alimentos es un lento aprendizaje que lleva tiempo y hay que disminuir la ansiedad.
–Hay que buscar un momento en el que mamá y bebé estén relajados.
–Los horarios no tienen que ser rígidos, el bebé no debe estar ni muy hambriento ni muy satisfecho las primeras veces que se le dan alimentos.
–Alrededor de los 8 meses se comienzan a introducir carne, pollo y pescado, en forma escalonada y de un alimento por vez. Nunca se los debés dar solos sino mezclados con hidratos de carbono, como el puré y bien picados.