-

18 julio, 2010

Aspectos psicológicos de la infertilidad

Cuando una pareja tiene dificultades para lograr un embarazo o para llevarlo a término, y sobretodo si se inicia un tratamiento de fertilización asistida, hay muchos factores psicológicos que entran en juego, y que merecen tenerse en consideración.

Por empezar, se dan muchos casos de un alto grado de ansiedad, previa incluso al problema de fertilidad y con la que se relaciona. Luego, es frecuente que haya factores que predispongan a los problemas de concepción como el estrés, abuso de drogas, alcohol, tabaco o medicamentos, obesidad, malos hábitos, anorexia nerviosa, tratamientos previos de cáncer.

Los especialistas explican que la incertidumbre de lograr un embarazo o no será menos llevadera en la medida en que suponga mayores cambios a la vida cotidiana de ambos miembros de la pareja. Por ello es bueno tratar de mantener un presente grato que permita esperar a ese hijo en el futuro sin tanta angustia, ya que si los primeros intentos fallan, el nivel de tristeza y desazón irán creciendo. Mantener algunas actividades como las laborales, sociales, deportivas, hobbies y otros ayuda a que el tratamiento se sobrelleve mejor.

Muchas dudas surgen en el proceso: ¿y si no lo conseguimos? ¿Si no tengo hijos, estaré solo/a cuando sea mayor? ¿Alguien me cuidará?, mis amigos tienen hijos, ¿me quedaré aislado/a? ellos hacen cosas con hijos y yo quedaré fuera, ¿mi vida tendrá sentido sin hijos a quien trasmitir mi manera de vivir, lo que he aprendido? Es bueno no negarlas sino cuestionarse, incluso con ayuda de un terapeuta, y elaborar la posibilidad de que ese hijo puede no llegar, mientras tanto hay que dejar todo en manos de los médicos y colaborar en lo que se pueda, sabiendo que no hay garantías.

De acuerdo a la solidez del vínculo de pareja, se pueden dar conflictos, crisis e incluso rupturas en el proceso de buscar un hijo con ayuda médica. Ese espacio puede fortificarse desde la comunicación, incluso dejando que cada uno exprese sus temores, lo que lo agobia, para luego valorar en común argumentos que puedan calmar esos temores.

Otras cosas a considerar en el proceso y que son alternativas si fallan los tratamientos más convencionales son: donación de óvulos, esperma, embriones y adopción. Implican que la pareja tome decisiones e incluso que se llegue a un punto en el que no se decida tener hijos.

Lo importante es que si la pareja se siente superada por la situación, no deje pasar el tiempo antes de pedir ayuda a un terapeuta que los acompañe en el proceso.