Recuerda que cada comida del día tiene una función, y en todas debe primar el equilibrio, la alimentación es un pilar básico en el embarazo. Muchas veces por el ritmo de vida o por el trabajo debemos comer fuera de nuestra casa, lo cual a veces genera ciertos problemas, pero eso lo puedes contrarrestar con sencillas medidas.
PERMITIDO:
- Tomar un buen desayuno (aporta entre el 20 y el 30 por ciento de los nutrientes diarios). Frutas, pan, cerealles, jamón cocido, yogur.
- La leche es clave: se aconsejan 3 vasos diarios o sus derivados.
- No pueden faltar arroz, legumbres, pastas, frutas y verduras.
- Entre las proteínas, elegir, carne, pollo, pescado y huevos.
- Cambiar lo frito por el horno o la plancha.
- Empezar cada comida con una ensalada de hojas verdes.
- Tomar de 1,5 a 2 litros de agua o jugos naturales.
- Hacer entre 5 ó 6 comidas al día.
- En lo posible, optar siempre por la fruta como postre o por uno que contenga leche y que sea preferentemente casero.
- Los dulces naturales, como las manzanas asadas, son una buena opción.
DESACONSEJADO:
- Consumir embutidos y carne poco cocinada (pueden producir toxoplasmosis).
- El alcohol en todas las comidas (es perjudicial para el bebé).
- El exceso de café y té (ambos contienen cafeína).
- Los bizcochos y galletitas, ya que en ellas abundan las grasas saturadas.
- Agregar edulcorantes a las bebidas.
- Los chizitos, palitos y las papas fritas… habría que pasarlos por alto.
- Las gaseosas: en su lugar, es preferible optar por agua o jugos naturales.
- Picantes, grasas y fritos.
- Cenar abundantemente, dado que puede dificultar el sueño.