La leche de soja puede llegar a ser un valioso auxiliar durante la etapa de transición entre la alimentación exclusiva con leche materna y la adición de leche de vaca a la dieta. Es un período que merece suma atención en la vida de tu bebé.
Es necesario realizar esa adaptación con los debidos cuidados, lentamente y bajo la supervisión del pediatra, pues el trastorno más común que suele presentarse es la alergia a la leche de vaca. En realidad son dos las proteínas que contiene este alimento las que con mayor frecuencia inciden en el fenómeno: la caseína y la betalactoglobulina.
La leche de soja, es en este sentido una verdadera bendición, pues es rica en los aminoácidos y proteínas esenciales que necesita el niño para su crecimiento sano y desarrollo vigoroso. Para que todos los requerimientos estén contemplados, entre ellos los niveles de Calcio, algunos nutricionistas recomiendan el consumo de leche de soja, acompañado por derivados de la misma tales como el tofu.
Una ventaja que se suma, es que carece de lactosa, otro de los elementos que suele provocar intolerancias importantes. El mejor consejo es -sin duda- conversar con el pediatra y solicitar su buen consejo al respecto, sabiendo que esta leche puede ser parte de la dieta habitual, aunque no se presenten alergias ni intolerancias de ningún tipo.
