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04 noviembre, 2009

La sociabilidad del bebé: sus fases en el primer año de vida

La sociabilidad del bebé ira cambiando a lo largo de su primer año de vida, pasando diferentes etapas. Las fases de esta evolución maravillosa pondrá las bases de la vida emocional y de la relación de los niños con el resto de las personas. Y sus padres son los más importante puntales para este itinerario.

El bebé nace con la confianza en que sus necesidades serán atendidas y que sabrá comunicarlas. Comienza siendo la alimentación su primordial preocupación, aunque sueño, hambre o malestar también son cosas que transmitir. El adulto, al atenderlo, le ayuda a desarrollar su confianza en si mismo.

El contacto y el fomento del vínculo, con cercanía física, son las bases para el desarrollo social natural y sano.En el primer semestre de vida el niño experimentará sentimientos y los explicará, a su modo, a sus padres. La tristeza, el enfado, la molestia o el disgusto, hacen su aparición con todos sus matices. El niño despierta socialmente y se relaciona intensamente con su cuidador principal.

A partir de los seis meses su capacidad de juego y relación aumentan. Buscan la atención de otras personas además de sus padres y lo hacen con ruiditos, gestos y señales táctiles. Sus emociones y su expresión se refinan. Durante todo el primer año su madre y su padre seguirán siendo sus referentes principales y a partir de los nueve meses puede manifestar temor o cautela ante los desconocidos y las separaciones.

Hasta el año siguen manteniendo la confianza en si mismos, siempre que el ambiente no les resulte desconocido u hostil.

La gama de sus emociones y su modo de expresarlas se hace cada vez más compleja: ira, cólera, rabia, pena, miedo, temor, preocupación, duda, asombro, asco, sorpresa, desagrado, alegría, ternura, amor, embelesamiento, nervios, aburrimiento, desconfianza, animadversión, decepción, simpatía y amabilidad han llegado a su vida con toda su complejidad y a veces se mezclan haciéndoles sentirse turbados.

La evolución de la sociabilidad de los bebés
forma parte de su naturaleza, pero sin duda precisa de nuestro acompañamiento y de toda la atención consciente y amorosa que podamos brindales.