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14 septiembre, 2009

Niños: Juguetes para aprender a andar

Dar los primeros pasos es toda una proeza para el bebé. Unos lo hacen con apenas un año; otros no se sueltan hasta los 18 meses. Una vez que lo logran, desarrollar y afianzar esa facultad será sólo cuestión de tiempo y práctica.

En las tiendas hay muchos juguetes ideados para facilitar el aprendizaje: correpasillos, andadores, vehículos para impulsarse con los pies...

Requisitos básicos

Si vas a elegir un juguete que estimule al niño a desplazarse y caminar, ten en cuenta que:

* Tiene que adaptarse a la edad y tamaño del niño.
* Debe ser estable, resistente a los impactos, y cumplir las normas de seguridad .
* Conviene observar si se puede plegar o es desmontable.
* Si es heredado, hay que asegurarse de que está en buen estado.
* Por muy seguro que parezca el juguete, el niño debe usarlo siempre bajo la supervisión de un adulto.

Juguete:

Correpasillos

Juguete con ruedas y una barandilla trasera para que el niño se agarre y camine apoyado en ella. Puede tener distintas formas e incorporar algún juego (como bloques de construcción). Los modelos que llevan asiento se pueden usar también como vehículos

Edad: Desde que el pequeño da sus primeros pasos (entre los 10 y los 16 meses). Antes puede ser peligroso por el riesgo de caídas

Para qué sirve: No es para aprender a andar, sino para ensayar lo aprendido, es decir, para que el niño ejercite la marcha una vez haya dado sus primeros pasos. Antes debe saber guardar el equilibro y haber trabajado la marcha lateral, es decir, avanzar de lado agarrándose a un mueble

Beneficios: El niño apoya completamente la planta de los pies y aprende a distribuir el peso de su cuerpo de una pierna a otra mientras camina. Así afianza su sentido del equilibrio y fortalece los músculos de brazos y piernas.

Balancín

Debe tener asas para agarrarse, una base de balanceo antivuelco y un apoyo para los pies. Algunos modelos llevan un arco de seguridad alrededor del asiento que impide que el pequeño pueda caerse.

Edad: Cuando el niño ya se mantiene sentado (a partir de los 8 ó 9 meses), si el modelo dispone de un asiento cerrado. Si el asiento no tiene protección, a partir de los 18 meses, y siempre con un adulto presente

Para qué sirve: Sobre todo, proporciona diversión: el balanceo entusiasma a los niños y les permite disfrutar del movimiento sin necesidad de desplazarse

Beneficios: Ejercita el sentido del equilibrio, ya que con el balanceo el niño va ajustando su cuerpo a los movimientos que hace. Ese aprendizaje le será de gran utilidad cuando comience a caminar.

Empuje y arrastre

Tienen ruedas y los hay de muchas formas. Unos llevan una cuerda en la parte frontal para tirar de ella; otros tienen un palo para empujar por detrás. En algunos, el muñeco se mueve, hace ruidos o emite luces mientras el niño lo arrastra.

Edad: A partir de los 18 meses, cuando el niño ya anda con soltura.

Para qué sirve: Estos artilugios invitan al niño a practicar la marcha. Los que tienen forma de animal, y más aún si son de tacto suave, pueden convertirse también en objetos de consuelo.

Beneficios: Estos juguetes estimulan la marcha y la orientación espacial. Los de empuje ayudan al desplazamiento y a practicar el equilibrio. Ambas modalidades, pero sobre todo los de cuerda, obligan al niño a coordinar varias acciones a la vez: caminar, tirar o empujar, y mirar al juguete. La ventaja es que el crío puede ir adaptándose a su propio ritmo: al principio, cuando tira del juguete, tiene que pararse y volver la cabeza para comprobar si este sigue allí. A medida que gana destreza, puede mirar hacia atrás sin necesidad de pararse.

Vehículo

Diseñado para que el niño se monte encima y avance empujándose con los pies. Puede ser un coche o tener forma de tren, de animal... Algunos llevan un soporte trasero para que el niño camine empujándolo y lo use como un correpasillos.

Edad: A partir de los 12 meses.

Para qué sirve: Para disfrutar desplazándose por la casa o al aire libre. También para emular a los mayores conduciendo (los primeros juegos simbólicos aparecen al final de este año)

Beneficios: El niño descubre que, usando las piernas y los pies adecuadamente, puede mover el vehículo y adquirir velocidad, y gana autonomía y confianza en sí mismo. Además, el ejercicio fortalece sus músculos.

Triciclo con barra

Es una versión del triciclo de toda la vida diseñada especialmente para los más pequeños: incorpora una barra trasera con asa para poder ser conducido y empujado por un adulto. Debe llevar correas de sujeción (entre las piernas y por la cintura) y frenos.

Edad: Hay triciclos crecederos, válidos a partir de los 10 meses. Otros están aconsejados a partir de los 15 meses. Si se pretende que el niño pedalee, hay que esperar a los 24 meses.

Para qué sirve: Para desplazarse pedaleando, una vez el pequeño está capacitado, normalmente a partir de los dos años. Antes de esa edad, es más un vehículo de paseo: el niño se sienta, apoya los pies en los pedales y los padres lo empujan.

Beneficios: Manejar un triciclo requiere destreza, coordinación, fuerza y sentido de la orientación espacial. Esto se logra partir de los dos años. Antes de esa edad, los beneficios para el desarrollo psicomotor son casi nulos. Pese a ello, tiene ventajas: al niño le encanta usar un triciclo como el de los mayores y a los padres les puede resultar cómodo usarlo como alternativa a la silla de paseo.

Recuerda: el andador o tacatá está completamente desaconsejado (e incluso prohibido en algunos países). Dentro del tacatá, el niño adopta una postura forzada que puede perjudicar su desarrollo motor. Además, con el tacatá se desplaza velozmente casi sin esfuerzo, con el consiguiente riesgo de accidentes.