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17 julio, 2009

Cómo saber si tu bebé está tomando suficiente leche

Una de las habituales dudas entre las mamás es tener certeza de que el bebé está tomando suficiente leche, que no pasa hambre y que su desarrollo será el esperado. Es por eso que te dejaré aquí algunos consejos para poder darte cuenta, y quedarte tranquila, de que tu bebé se está alimentando correctamente.

Lo primero que tenés que saber es que el bebé digiere la leche materna en solo dos horas. Sabiendo esto ya no te alarmarás cuando cada tres horas tu bebé parezca querer ser de nuevo amamantado.

No es que no haya tomado la leche suficiente, sino que es normal que vuelva a tener hambre. Los recién nacidos, durante la primer semana de vida quieren ser amamantados entre 8 y 15 veces por día, así que prepárate. Esto también se verá en su peso. A partir del quinto día, el bebé aumentará cerca de 28 gramos por día, por lo que, con su aumento de peso podrás comprobar que el bebé sí se está alimentando correctamente.

Otro punto a tener en cuenta es observarlo mientras el bebé está al pecho. Si te detienes a escucharlo al succionar y al tragar, podrás comprobar que efectivamente recibe la leche. Luego de dar de amamantar deberías de sentir tus pechos más blandos, si es así es porque la leche que contenían llegó felizmente a tu bebé.

Por último, un buen consejo es prestar atención a sus pañales. Ellos te darán la pauta de cómo se está alimentando tu bebé de acuerdo a los desechos que su cuerpo elimine. Lo normal es que ensucie entre 7 u 8 pañales de tela o 6 desechables por día. Si bien esto es señal de que recibe líquido, no lo asegura, dado que un bebé deshidratado también moja los pañales. Lo que sí confirma el consumo de leche es el color de las defecaciones del bebé. A partir del quinto día deben tener un color amarillento a mostaza. Luego del primer mes reducirá el número de veces que defeque a dos y cinco veces diarias.

Por lo tanto si tu bebé llora muy a menudo, no creas que es porque esta recibiendo una mala alimentación, como tampoco creas que siempre que llore es porque tiene hambre. Hay diversos motivos: gases, cólicos, molestias, o desos de cariño. También muchas veces el bebé deja de tomar el pecho porque se llena de gases y eso le hace sentir satisfecho. Puedes probar con los conocidos “provechitos” dándole golpecitos suaves en la espalda para que elimine los gases y luego volverlo a amamantar.

Via: zonabebes