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08 febrero, 2009

¿Qué descubren cuando se bajan de l a sillade paseo?

La silla de paseo es muy cómoda, pero a partir del año debe reducirse su uso porque el bebé tiene que empezar a desplazarse por sí mismo. Atados a su carrito se pierden muchas cosas, y hay todo un mundo que están deseando descubrir.

Juega un papel importante durante los dos primeros años de vida de nuestro hijo. Desde ese lugar privilegiado, donde se siente cómodo y seguro, el niño entra en contacto con el medio que le rodea y empieza a conocer el mundo. Si nunca dejamos que el niño se baje del carrito, se perderá un montón de cosas importantes.

Cuando los bebés empiezan a caminar descubren que donde ponen el pensamiento pueden llevar su cuerpo, lo que les proporciona una autonomía que antes no tenían. Por eso, a partir del año la utilidad de la silla no debe ser mayor que la de transportar al niño cuando haga falta.
No es recomendable alargar su uso por la comodidad del pequeño o, en la mayoría de los casos, por la nuestra. Para nosotros es una suerte que el bebé se quede en el carrito tranquilo y sin protestar, pero al obligarle a pasarse horas en esa pequeña cárcel, no solo no le beneficiamos, sino que podemos retrasar su desarrollo.

Necesita moverse aunque no sepa andar

Un bebé de un año es sumamente activo. Aunque no sabe caminar, necesita moverse gateando. Es muy bueno animarle a que practique poquito a poco, sin forzarle, por supuesto. Bajarle de la silla a ratitos llevándole de la mano por una superficie llana:

* Potenciará su desarrollo motor.
* Propiciará la estabilidad y la coordinación de sus piernas.
* Favorecerá su fortalecimiento.

En poco tiempo su seguridad al caminar será total y podrá incluso darse pequeñas carreras.

Aprender de la vida con los pies en el suelo

Cuando un niño se baja de su silla pone en funcionamiento sus sentidos al cien por cien. Poco a poco, comprueba por sí mismo los conocimientos que se ha formado desde la silla experimentando directamente en el entorno que le rodea.

Mirando, oliendo, tocando y explorando, verifica toda la información que almacena en su pequeño cerebro. Y eso le ayuda a aprender cosas nuevas que permiten que su sistema neurológico y cognitivo madure más rápidamente.

Las nuevas relaciones, hacer amigos

La socialización de los bebés comienza un poco más adelante, pero al dejarle acercarse a otros niños se sientan las bases. Todavía no jugará con ellos, pero sí a su lado.

Al darse cuenta de que hay más gente, también aprenderá a buscar a sus padres y a llamarlos, ya que, estando en la silla no les pierde de vista en ningún momento.

Usar todos los sentidos

Fuera del carrito puede coger una piedrita o dirigirse a por una flor. Atado al carrito no ejercita tanto sus cinco sentidos.

* A través del tacto analiza las diferentes texturas y temperaturas que tienen los objetos con los que se encuentra y decide cuál le resulta agradable o molesto.
* Con la vista distingue mucho más fácilmente lo que le llama la atención basándose en el brillo y los colores de los objetos o los lugares.
* Al ejercitar el oído en diversos entornos puede comprobar que las diferencias de su intensidad, tono y modulación están relacionadas con distintas situaciones. Así, aprenderá a reconocerlas. Por ejemplo, la bocina de un coche le pone en alerta mientras que el canto de los pájarosle recordará a algo tan agradable como el parque.
* El olor y el sabor de las cosas a las que se acerque también le proporcionarán una información valiosísima para poder identificar aquello que le gusta o le disgusta.

Combinando toda la información, elaborará conceptos más abstractos como distinguir el tamaño de los objetos para saber si puede cogerlos, el movimiento y la velocidad a la que se desplazan un coche o una bicicleta, lo frágil que es una mesa de cristal o la diferencia entre una hormiga viva y una piedra inerte.

¡Tú puedes!

La confianza y la autoestima de un bebé se va construyendo desde que nace. Al dejarle explorar (supervisando que no corre peligro) le trasmitimos la idea de que confiamos en él y fortalecemos su autoestima. Si por comodidad o por temor, se le niega la oportunidad de demostrar lo que puede hacer, no le estamos haciendo ningún favor.

Todos sus pequeños logros y nuestra reacción ante ellos: "Qué bien, cariño, has conseguido subir a ese escalón tú solo", afectan a su confianza. Proporcionarle amor, cariño y seguridad refuerza su personalidad y le ayuda a superar pequeñas frustraciones, por los que tiene que pasar para aprender: cuando otro niño le quita la pala, cuando no le dejan montar en un columpio o cuando el ladrido de un perro le asustó.

La confianza que tiene en sí mismo y el sentirse respaldado por papá y mamá, le permitirá seguir intentando lo que se propone para, poco a poco, adaptarse al mundo en el que vive.

Más tranquilos, más cariñosos

Cuando el niño disfruta lejos del carrito está realizando una extraordinaria actividad física. Correr un buen rato, aunque sea todavía con limitaciones, estimula su capacidad de concentración y la memoria, y sobre todo les tranquiliza.

Una tarde movida por el parque hará que regrese a casa cansado, con ganas de comer y dormir para reponer fuerzas. No se trata de agotarle para que duerma mejor, sino de proporcionarle una rutina saludable que incluya todos los aspectos básicos del desarrollo humano: actividad, estímulos, alimentación y sueño.

Haber realizado una excursión tan divertida lejos de la seguridad de su sillita y del control de mamá (eso es lo que cree él), le hará sentir la necesidad de reencontrarse con los seres con los que se siente más protegido, sus padres. Por eso, de vuelta a casa los achuchones y los abrazos están garantizados.

Seguridad, ante todo

Antes de soltar los arneses de seguridad de la silla debemos saber en qué entorno vamos a dejar que nuestro pequeño se mueva.

* Hay que ser conscientes del nivel de desarrollo que ha alcanzado el niño y de lo que es o no capaz de hacer él solo.
* En ambientes naturales como parques, jardines, el campo... hay que supervisar primero que no haya elementos que puedan causarle daño, más allá del que le puede causar una simple caída.
* Los lugares cerrados, como cafeterías o centros comerciales, no son recomendables para que un pequeño se ponga a corretear y explorar.

¿Y si solo quiere estar en la silla?

Lo normal es que salten de la silla a la menor oportunidad (los hay que incluso se bajan en marcha). Si observamos que el bebé es quien pide estar siempre en la silla hay que estar alerta:

* Puede ser un hecho puntual porque el pequeño esté cansado o tenga sueño.

* Si lo hace por regla general, puede deberse a un problema físico o a un retraso de maduración psicomotriz, casos en los que es importante comunicárselo al pediatra.

* También puede indicar falta de interés o motivación para explorar el entorno, o un vínculo excesivo a la sillita, que quizás está utilizando como objeto de consuelo.