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21 junio, 2008

El sueño de la madre tras la llegada del bebé


Uno de los cambios que peor llevan muchas madres en el posparto es la falta de sueño: ya no duermen cuando quieren... sino cuando pueden. Y, a veces, ni eso. Te contamos trucos y estrategias para dormir mejor en las primeras semanas con el recién nacido.


Los recién nacidos pueden llegar a dormir hasta 18 horas diarias, pero en ningún caso seguidas. Es inevitable que las pautas de sueño de la madre se alteren.

Las hormonas también influyen

Los estrógenos y la progesterona actúan en el cerebro femenino sobre las zonas relacionadas con el sueño, modulando los receptores neuronales y regulando los niveles de vigilia o somnolencia.

Durante el posparto disminuye bruscamente la progesterona, una hormona que produce una excitación del estado de vigilia y predispone a padecer insomnio.

Como consecuencia, también se altera el ritmo circadiano y se padecen episodios de somnolencia repartidos en las 24 horas del día.

Trucos para dormir mejor

Afortunadamente, la falta de sueño puede aliviarse con una serie de trucos y estrategias.

1.- Adoptar el horario del bebé
Los expertos aconsejan seguir, en la medida de lo posible, el ciclo sueño-vigilia del niño: dormir cuando él lo hace, independientemente de la hora que sea. Así es posible recuperar el sueño que se va perdiendo durante la noche.

2.- Ejercer de madre gradualmente
El hecho de que muchas madres se hagan cargo de forma exhaustiva del niño desde el primer momento les impide recuperarse bien del parto. Esto, unido a la falta de sueño, puede llevarlas al agotamiento.

En los días siguientes al nacimiento del bebé, además de los cuidados del padre, también es bueno contar con la ayuda de algún familiar o amigo. Así la madre podrá descansar con menos interrupciones.

3.- Dormir siempre en la cama

Es preferible acostarse en la cama que en el sofá, aunque tengamos poco tiempo. Así, aunque el sueño sea breve, resultará reparador. Dormirse delante del televisor es contraproducente, ya que impide que el sueño sea profundo.

También es importante desconectar todos los teléfonos.

4.- Hacer ejercicio
El ejercicio físico incrementa los niveles de energía y ayuda a combatir la fatiga. Basta con 20 minutos de aeróbic delante de la televisión, varios abdominales o unos
simples estiramientos.

5.- Vigilar la dieta

Aunque los azúcares y la cafeína proporcionan un bienestar inmediato, su ingesta va seguida de un bajón de energía que empeora la situación.
Otros tentempiés como los melocotones secos o las almendras, además de incrementar los niveles de energía, aportan mucha vitamina A y hierro.

6.- Esconder el reloj

Estar pendiente del reloj puede alterar el sueño. Y, aunque esta es una de las primeras cosas que se suelen hacer cuando uno se levanta por la noche, mirar la hora pone la mente en funcionamiento.

Por eso, lo mejor es colocarlo alejado de la cama, dar de comer al niño y volver a dormir.

7.- Alargar el periodo de sueño nocturno

El sueño de un recién nacido está distribuido en 6 ó 7 periodos. Para alargar el sueño nocturno conviene acostarle por el día en una habitación con mucha claridad, en la que pueda escuchar los ruidos del día, y dejar la oscuridad y el silencio para la noche, acostándole después de un baño.

8.- Olvidar nuestro "protocolo del sueño"

Una vez que el niño se haya dormido, lo mejor es acostarse tras los primeros signos de sueño. Aunque todo esté manga por hombro, haya alguna cosa que hacer o sea pronto. Ahora, el sueño es una prioridad absoluta.