Sabemos que la recomendación general es tratar de no consumir ningún medicamento durante la gestación, y menos aún sin expresa indicación médica. Pero sin embargo, hay algunos fármacos cuyo uso responsable es relativamente seguro en el embarazo.
Hay que saber que muchos medicamentos, más de los que se cree, son inocuos y están indicados, pero siempre bajo tutela médica.
Así, si se padece un dolor tolerable, lo mejor es tratar de mitigarlo sin tomar nada, por ejemplo, con un baño de tina o tomando una siesta. Si persiste o es muy fuerte, preguntarle al médico qué podemos tomar.
Luego, hay cuestiones de salud como la epilepsia en las que es necesario continuar el tratamiento, ya que es peor una crisis que el potencial efecto adverso de las drogas. En este caso, una vez más los facultativos evaluarán la relación riesgo-beneficio para la madre y el niño.
El primer trimestre es la etapa más importante en la que hay que evitar los medicamentos. Sin embargo, aseguran que entre el 70% y el 80% de las embarazadas ha tomado alguno. Entre ellos, son más frecuentes los antieméticos, antimicrobianos, tranquilizantes, diuréticos, analgésicos y corticoides, además de los suplementos vitamínicos y minerales.
Lo mismo ocurre con la lactancia: muchos medicamentos son seguros de ingerir sin necesidad de interrumpir la lactancia, ya que no llegan al bebé o llegan en forma inocua. Otros en cambio, son peligrosos. Por ello, hay un sitio web del Hospital de Denia –Alicante que ayuda a dilucidar cuál fármaco es cuál en la lactancia.
Así que a modo de conclusión, no te automediques jamás estando embarazada, pero tampoco temas tomar lo que el médico te haya recetado.