Una de las complicaciones más frecuentes del embarazo, en especial una vez que éste ya está avanzado es la de los dolores en la espalda baja, y la inflamación del nervio ciático ubicado en esta zona, que genera bastante dolor.
La ciática en el embarazo es producto de la adaptación de la postura al peso del vientre, que lleva a perjudicar la columna vertebral.
Cuando la manifestación es leve, el dolor está localizado, pero si es grave puede extenderse por el glúteo, la pierna y llegar casi hasta el tobillo, ya que ese es el recorrido del nervio ciático.
Suele darse en la pierna más usada: la derecha para las diestras y la izquierda para las zurdas. El nervio queda atrapado en los músculos pélvicos que se contracturan cuando hay un cuadro de estos. Este cuadro es más frecuente en aquellas mujeres que lo padecieron en un embarazo anterior o que ya tenían problemas de columna previos.
Lo mejor para estos dolores es el ejercicio, como el stretching, yoga, pilates o natación, siempre que sean especiales para embarazadas.
Hay que evitar estar demasiadas horas sentada, con las piernas cruzadas o en posiciones fijas – típicamente ante el ordenador –. Tampoco ayudan los taburetes o sentarse en el sillón en posición sentada y “encajada”. El colchón donde se duerme debe ser más bien rígido.
Lo ideal es llevar zapatos de tacón medio, de 3 a 5 centímetros, que es mucho mejor que el zapato bajo. Los tacones altos, mejor evitarlos en el embarazo.
El calor local o un baño de inmersión puede ayudar a relajar los músculos y aliviar el dolor. También los masajes descontracturantes, como el shiatsu.
Si el dolor persiste, sólo el médico puede indicar medicación que ayude a sobrellevar el problema.
Afortunadamente, tras el parto el cuerpo vuelve a la normalidad y el dolor debería desaparecer.
