La estimulación prenatal se basa en el principio de que el niño siente desde instancias muy precoces de desarrollo. “El niño no nacido es un ser consciente, que siente y recuerda, y puesto que existe, lo que le ocurre en los nueve meses que van de la concepción al nacimiento moldea y forma la personalidad, los impulsos y las ambiciones de manera significativa”, explican los psiquiatras Thomas Verny y John Kelly en su libro La vida secreta del niño por nacer.
Es por ello que estimular al bebé desde el útero es una experiencia muy grata para la madre que construye así su vínculo con su hijo, y también trae beneficios en el desarrollo al bebé.
Los bebés estimulados en el útero – de acuerdo a estudios – están más alertas y responden girando inmediatamente la cabeza hacia la voz de sus padres, diferenciándolas de otras voces o sonidos.
Además, pueden reconocer la música que escucharon durante su gestación; son dinámicos, relajados, con iniciativa y curiosos. En las pruebas, se concluye que tienen mejor control óculo-manual, manejo de las manos y coordinación. Además ríen con facilidad y son sociables. Finalmente, son menos irritables y tienen mejor calidad del sueño.
Para cada trimestre de la gestación existen distintas técnicas, compartiremos algunas de ellas en nuevos post.
