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04 febrero, 2013

Esguince en la rodilla durante la infancia

El niño, tras una caída, puede sufrir de un esguince en la rodilla. Su pie puede quedar más o menos inmovilizado y a veces no puede continuar con el movimiento de rotación.

El dolor puede ser inmediato e intenso y a veces acompañado de un crujido en el momento de la caída. Luego aparece un aumento del volumen de la rodilla, que se pone caliente, y de un dolor vivo que impide flexionarla.

El dolor es producido por el estiramiento de la cápsula (la envoltura de la articulación) y de los ligamentos laterales. Sin embargo, el estiramiento o incluso la ruptura de los ligamentos cruzados son indoloros.

Tratamiento

Durante los primeros 6 o 10 días, será necesario controlar que el pequeño inmovilice la pierna y se desplace con un andador o unas muletas.  El médico suministrará antiinflamatorios durante alrededor de  10 días. También es posible que recomiende kinesioterapia antiinflamatoria (4 sesiones por semana) y la colocación de hielo sobre la rodilla, 2 veces al día.

Si los ligamentos laterales se han dañado, el tratamiento será prolongado. Si hay daño en los meñiscos, es posible que sea necesario practicar una artroscopia.

La rehabilitación kinesioterapéutica puede durar varias semanas, e inclusive, varios meses.

Para ello, habrá que seguir una rehabilitación que consiste en el fortalecimiento de los músculos que participan (para estabilizar la rodilla), y una rehabilitación propioceptiva (para devolver el equilibrio y desarrollar mecanismos protectores).

La artroscopia en la rodilla

Esta intervención está a cargo de un cirujano traumatólogo u ortopedista entrenado en este procedimiento; se prescribe en caso de dolor o derrame sinovial de la rodilla, cuando no alcanza a definirse la causa pese a los exámenes simples (radiografías del interior de la articulación y tomografías).

Utilizando anestesia local, se introduce en el interior de la articulación una fibra óptica para visualizar las lesiones, tomar muestras, extraer residuos de hueso, de cartílago, o suturar (coser) la rasgadura de un ligamento o un meñisco.