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14 octubre, 2012

La depresión de la embarazada puede afectar al lenguaje del bebé

El desarrollo de un bebé es un proceso delicado al que cualquier factor ambiental puede afectar, y la depresión de la madre puede ser uno de los factores más influyentes. Pero, ¿puede esa depresión afectar al bebé durante el embarazo?

Ya hemos visto en otras ocasiones que sí puede afectar, y ahora un reciente estudio señala que la depresión de la embarazada puede alterar un período crucial del desarrollo del lenguaje en los bebés aun cuando no han nacido, por lo que es fundamental un adecuado tratamiento de este trastorno psicológico en la futura madre.

Ya hemos visto en otras ocasiones que la capacidad lingüística de los bebés es inmensa, desde que son bien pequeños, y que incluso antes de nacer, en el vientre materno, reciben los estímulos lingüísticos y son capaces de reconocer lenguas diferentes (bebés “bilingües” antes de nacer). Entonces, es lógico pensar que esa capacidad puede verse mermada por una enfermedad de la madre.

Los investigadores de la Universidad de Columbia Británica, la Universidad de Harvard y el Hospital Infantil de Columbia Británica han publicado sus conclusiones en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). El artículo se titula “Prenatal exposure to antidepressants and depressed maternal mood alter trajectory of infant speech perception”: “La exposición prenatal a los antidepresivos y la depresión materna altera la trayectoria de la percepción del habla infantil”.

El estudio encontró que el tratamiento de la depresión materna con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS, los antidepresivos más recetados) puede acelerar la capacidad de los bebés para sintonizar con los sonidos y su lengua materna, mientras que la depresión materna no tratada puede prolongar el período de ajuste.

El estudio siguió a tres grupos de madres. Uno recibió tratamiento para la depresión con ISRS; otro grupo era de madres que tenían depresión pero no tomaban antidepresivos; y un tercer grupo sin síntomas de depresión.

Al medir los cambios en la frecuencia cardiaca y el movimiento de los ojos ante sonidos e imágenes de vídeo de lenguas nativas y no nativas, los investigadores calcularon el desarrollo del lenguaje de los bebés en el vientre materno a las 36 semanas de gestación.

Los fetos de madres no tratadas mostraban una alteración en la plasticidad neuronal, lo que les haría menos sensibles a los estímulos (a lo cual tal vez podría sumarse la menor costumbre a dichos estímulos lingüísticos: madres que hablan poco…).

No obstante, los científicos no saben si acelerar o retrasar el desarrollo del lenguaje tiene consecuencias duraderas en la adquisición posterior del lenguaje, al menos sus estudios en los niños de seis a 10 meses no lo dejan demasiado claro.

Tampoco se conoce si existen vías de desarrollo alternativas a los fármacos antidepresivos, por lo cual hay que seguir investigando en este sentido. De momento, se sabe que la depresión de la embarazada puede afectar al lenguaje del bebé ya desde el útero materno si no se trata la enfermedad, a menudo ignorada o subestimada.