No todos son molestias y malestares durante el embarazo. Algunas condiciones físicas preexistentes que causan molestias, pueden de hecho mejorarse en la etapa gestacional, como el caso de la migraña y el asma.
Las crisis asmáticas y los fuertes dolores de cabeza se presentan en ataques menos frecuentes y de menor intensidad en un tercio de las mujeres que los padecían antes de quedar embarazadas. Así, la gestación les permite librarse momentáneamente de estas molestias.
De todas formas, se recomienda que para controlar el asma en el embarazo, la mujer embarazada se mantenga en ambientes libres de humo de tabaco, y lejos del polen, de hongos domésticos, en espacios limpios y sin polvillo acumulado y además se cuide más de enfermedades respiratorias a las que es más vulnerable.
En el caso de las migrañas, para evitar los ataques es mejor no probar alimentos ni dormir durante varias horas, evita los lugares ruidosos o los cambios de temperatura muy bruscos.
En ambos casos, una actividad física moderada es una buena idea para acompañar ese bienestar.