Entre el nacimiento y los 6 años de vida es la etapa en la que se desarrolla – entre otras cosas – el lenguaje.
En esta época, una otitis que no es debidamente tratada y que no remite, puede obstaculizar el desarrollo del lenguaje.
Hay diferentes tipos de otitis: la otitis media aguda que ocasiona dolor y mucha molestia, responde a una inflamación debido a un virus. Se asocia a cuadros catarrales de vías altas, como pueden ser la rinitis o la tos con o sin fiebre.
Es necesaria la medicación prescripta por el pediatra. Desde luego, se produce una obstaculización de la audición.
La otitis media serosa se relaciona con consiste en un proceso catarral que hace que se acumule moco en la caja timpánica, así como alteraciones en la presión del oído del niño. Es frecuente que aparezca debido a una hipertrofia adenoidea, lo que se conoce como “vegetaciones”.
En este caso, se trata de cuadros más crónicos, donde la molestia no es tan aguda y por tanto pasa desapercibida, con el riesgo de que la disminución de la audición ocasione trastornos en el lenguaje.
Los bastoncillos, por último, se desaconsejan por completo ya que pueden ayudar a introducir gérmenes en el canal auditivo.
En cualquier caso, no hay que desestimar una otitis, en todo caso hay que realizar el pertinente seguimiento por parte del médico y especialista en oído, hasta la total remisión del cuadro.
Hay que tener en cuenta, como dijimos, que una otitis persistente afectará el aprendizaje del habla del niño.