Las nauseas o vómitos son una situación generalizada en el primer trimestre del embarazo, y muchas mujeres la padecen. Pero cuando los vómitos son muy frecuentes e impiden que la mujer ingiera alimentos o líquidos, se puede presentar una situación grave que se llama hiperémesis gravídica.
Ocurre que en un lapso de pocas horas, la embarazada puede perder suficientes líquidos y electrólitos con los vómitos como para complicar su salud y la del bebé que no recibe suficientes nutrientes. Si la situación se prolonga a lo largo de unos pocos días, se pueden presentar estos síntomas:deshidratación, pérdida de peso mayor del 5 %, cetonuria – eliminación de acetonas con la orina – y desequilibrio metabólico y electrolítico.
Se presenta en el 0.3% a 2% de los embarazos, y lo grave es que evita que la mujer se alimente e hidrate adecuadamente. Suele darse de la semana 3 a la 20 de gestación.
Hasta hace algún tiempo se le atribuían causas psicológicas a esta condición, pero hoy se sabe que es una reacción fuerte a los cambios hormonales del embarazo, por ello es que si una embarazada no se siente nada bien y vomita con frecuencia, no debe dudar en consultar al médico para que la trate.
En estos casos, se suele internar a la paciente y se le coloca por vía endovenosa agua, glucosa, electrolitos, vitaminas, y en algunos casos drogas antieméticas (evitan los vómitos) y también pueden ser sedantes.
Lo importante en estos casos es no creer que porque los vómitos son normales, una situación exagerada de los mismos no requiera atención médica.
