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12 marzo, 2009

¿Por qué tienen miedo a la noche?

Llega la noche y con ella la oscuridad, que es la puerta por la que entran los miedos de los niños. Te ayudamos a descubrir por qué tiene problemas para dormir y a ponerles solución.

La hora de dormir también es el momento de separarse de papá y mamá, cuando el niño se siente solo; el de los ruidos extraños y esto puede generar malestar o inseguridad en el pequeño.

Otras veces, el problema no es ir a la cama. Surge durante el sueño en forma de pesadillas, terrores nocturnos o sonambulismo; aparece sin la participación consciente de nuestro hijo, pero altera su noche... Y la nuestra. Es importante pararnos y ver qué está pasando.

Problemas y soluciones

1. No quiere irse a la cama

Se inventa lo que sea. Le surge un hambre atroz, sed, ganas de ir al baño, quiere dar besos a todos antes de marcharse y cuando ya cuando no le quedan argumentos, se echa a llorar desconsoladamente.

Qué le pasa. Tiene miedo, pero no es demasiado consciente de ello. Puede ser a la oscuridad o a la noche, a quedarse solo o a todo en general. Así que evita a toda costa el momento de ir a la cama.

Qué hacer. Los hábitos serán su gran apoyo:

* Establecer una hora fija e inamovible para ir a dormir.
* Y una rutina previa que apoye este momento: un baño, una cena ligera, un rato tranquilo todos juntos...
* Luego, ya en su dormitorio le leeremos un cuento apropiado, es decir, uno que no haga referencia a monstruos o temas que exciten demasiado su imaginación.
* Después nos marcharemos, dejándole despierto para que se duerma solo.
* Podemos permitir que una luz se quede encendida.

2. Hay un monstruo en el armario

Tiene una buena razón para no ir a dormir: un monstruo vive en esas estanterías de ahí. Realidad y ficción andan de la mano a esta edad, y es una forma de manifestar un miedo del pequeño.

Qué hacer. Escucharle y apoyarle. Ahora sí, el miedo está presente de forma más o menos consciente. Propongámosle hacerse amigo del monstruo del armario y fortalezcamos sus rutinas de sueño.
Qué no hacer. Nunca hemos de desautorizar al niño ni ridiculizar su miedo, o decirle simplemente que no ha de tenerlo. Abrir el armario y mostrar que el monstruo no está no va a calmarle, porque es un miedo sin base real.

Es muy importante que no durmamos con el niño. Si lo hacemos, cada día buscará un ogro nuevo para pasar más tiempo con nosotros.

3. Solo duerme si le damos la mano

O si nos quedamos con él. Ha atravesado la primera barrera, acostarse, y puede hacer frente al monstruo del armario... siempre que nos mantengamos a su lado.

Qué le pasa. Nosotros le damos seguridad al permanecer junto a él, pero a la vez estamos fomentando su dependencia. Es importante para el niño aprender a dormir solo. Es un gran paso en su maduración y en el desarrollo de la confianza en sí mismo.

Qué hacer

* La solución suele ser reforzar unos hábitos del sueño adecuados para que alcance la independencia en el sueño.
* Hay que apoyarle a atravesar ese miedo (y esa dependencia) dejando que se quede él solo.
* Podemos permitir que duerma con un osito o con su manta preferida, y consentir que se quede la luz encendida.
* Y acudiremos todas las veces que nos llame y le trataremos siempre con mucho cariño, pero cada vez tardaremos un poco más en acudir: un minuto, dos minutos, tres... Hasta que se quede dormido solo. Cada día le parecerá más fácil.

4. Sufre insomnio

Tiene dificultad para conciliar el sueño y despertares frecuentes durante la noche. Su sueño es ligero, como en estado de alerta.

Qué le pasa. El insomnio infantil tiene sobre todo dos causas comunes:

* La primera, un mal hábito del sueño. Tiene miedo a que nos marchemos de su lado, pero sabe que lo vamos a hacer, así que su sueño es más ligero. Se mantiene en alerta parte de la noche para poder despertar cuando percibe que no estamos junto a él.
* La segunda, como a los adultos, "los problemas le quitan el sueño": un hermano, cambio de casa o cole...

Qué hacer. Tenemos que acudir cuando el niño nos llame. Pero si comprobamos que su insomnio se debe a un mal hábito, lo mejor es que cada vez vayamos más tarde para que aprenda a dormir solo. No hay que llevar al niño a nuestra cama, ni siquiera con la excusa de dormir nosotros. Es mejor invertir unos días en generar buenos hábitos de sueño o identificar la causa si es otra.

5. Tiene pesadillas

Se despierta entre gritos y llantos, generalmente en el último tercio de la noche. Está desconcertado y asustado, y es posible que nos cuente una historia de monstruos y persecuciones que acaba de vivir: confunde lo que sueña con la realidad.

Qué le pasa

* Las pesadillas se deben muchas veces a un exceso de estimulación.
* Ver la tele antes de dormir o el contacto con agresividad real o ficticia también pueden provocarlas.
* O quizá sean el síntoma de una época agitada para el niño o de un conflicto por resolver. Si siempre sueña con lo mismo, es interesante descifrar su contenido.

Qué hacer. Cuando el niño tiene una pesadilla nos llama asustado. Es importante acudir, sentarnos junto a él para transmitirle seguridad física, calmarle y, si no se puede dormir, pedirle que nos cuente la pesadilla para que se relaje. Si está muy asustado podemos reinventar la pesadilla con él y llevarla a un final feliz.

Niño con terrores nocturnos

6. errores nocturnos

Se despierta gritando, sudando y con el corazón acelerado. Cuando acudimos junto a él es muy posible que esté sentado en la cama, con los ojos abiertos, pero en realidad está dormido y ni nos ve ni nos escucha. Los terrores nocturnos son despertares incompletos.

Qué le pasa. Durante la fase de sueño profundo aparentemente se "despierta", aunque sigue inmerso en éste. Los terrores nocturnos pueden estar relacionados con el desarrollo madurativo de las fases del sueño.

Qué hacer. Él no es consciente de lo que ha ocurrido, está dormido. Por eso, al llegar a su lado debemos quedarnos junto a él y tranquilizarle sin pretender que se despierte. Cuidaremos de que no se haga daño. Para prevenir los terrores hay que evitar las situaciones de estrés.

Qué no hacer. No hemos de despertarle, ni zarandearle, ni intentar que nos responda. Está dormido. Al día siguiente no hemos de preguntarle por lo ocurrido ya que no lo recuerda; nuestra insistencia solo puede crearle más confusión.

7. Es sonámbulo

Se pasea por la casa durmiendo, aunque con los ojos abiertos, e incluso puede realizar alguna actividad.

Qué le pasa. El sonambulismo es una parasomnia, un despertar incompleto. Es un fenómeno paralelo al sueño, un estado en el que el niño no llega a despertarse pero tampoco está dormido, lo que le permite, por ejemplo, hacer cosas.

Qué hacer

* No requiere ninguna medicación y no tiene por qué revelar un problema psicológico o físico.
* Habitualmente se da en uno o más periodos de la vida y desaparece solo. Durante los episodios tomaremos medidas para que no se haga daño, como quitar de en medio los objetos con los que podría tropezar y acompañarlo a su cama.
* También es importante que cerremos bien puertas y ventanas cada noche.

Qué no hacer. Intentar despertarle, porque puede confundirse más. Es mejor acompañarle a su cama.