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08 febrero, 2009

Aliviar el cansancio tras la llegada del bebé

Con el bebé en casa, las noches se acortan y el descanso es menos reparador. Siempre estamos alerta por si el pequeño necesita algo. Por eso es tan importante aprender a relajarnos para conciliar bien el sueño.

El estrés que supone adaptarse al papel de madre (y que tan agotadas nos deja) puede impedir que logremos conciliar el sueño. Y a su vez, esta dificultad para dormir hace que nos pongamos más nerviosas. Y cuanto más nos preocupamos por la imposibilidad de descansar, más difícil es conseguirlo.

Afortunadamente, esta etapa de insomnio y cansancio es pasajera y remite en cuanto el chiquitín empieza a dormir unas horas seguidas. La calidad del sueño se empieza a recuperar a los tres meses del parto, aproximadamente, aunque la madre continúa unos meses durmiendo un número insuficiente de horas.

No hay recetas para que el bebé nos deje dormir más, pero sí estrategias para que las horas de descanso sean más efectivas, o, al menos, para afrontar el día con más energía. Éstos son algunos consejos para que consigas ese deseado descanso.

Delega cuidados

Si la pareja, los padres o amigos quieren echarnos una mano con nuestras tareas, aceptemos de buen grado. De vez en cuando, no está de más delegar tareas como los biberones de la madrugada o los cambios de pañal a una pareja o un familiar. Toda colaboración es poca en el cuidado del bebé.

Descansa haciendo algo que te guste

Si no consigues dormirte cuando el peque se está echando la siesta, puedes aprovechar esos ratitos para realizar alguna actividad que sea de tu agrado. Por ejemplo, pasar un rato tranquilo leyendo algo sencillo. Y si, al final te relajas tanto que terminas por coger el sueño, ¡estupendo!

Un paseo matutino para coger energías

La luz y el oxígeno disminuyen la sensación de cansancio. Por eso, nada mejor que empezar el día dando una vuelta por el parque o por el barrio. Te sentirás más despierta y de mejor humor, aunque no hayas dormido bien. Tu bebé también disfrutará mucho de los paseos matutinos.

Dormir cuando lo haga el bebé

Acompaña a tu hijo cuando se eche una siesta. Aunque no te duermas, puedes aprovechar el momento para tomarte un descanso. Y todo lo demás (la comida, la plancha, etc.), ya lo harás cuando estéis despiertos los dos.

Un rato de relajación

Cuando tengas un rato libre, puedes practicar técnicas de relajación y, de paso, estirar los músculos. Por ejemplo, colócate de frente, flexiona el tronco hasta que toques la pared con las manos y balancea la cadera a los lados. Este ejercicio te ayudará a descargar la tensión acumulada.

Cuídate para estar fuerte

Después de dar a luz, muchas mamás se obsesionan con perder los kilos que han ganado en el embarazo. Es normal, pero no olvides que, por tu propia salud y la del bebé, hay que estar fuertes y llevar una dieta sana, completa y equilibrada.

Te recomendamos empezar el día con un zumo recién exprimido, muy rico en vitamina C. Y si, no estás demasiado cansada y todavía te quedan fuerzas después de pasar el día con tu pequeño, también puedes hacer un curso de gimnasia posparto.

Cambia el chip

Si no consigues dormirte en 20 minutos, abandona la cama antes de que los nervios te desesperen y realiza alguna actividad que te relaje: puedes escuchar música, leer o dibujar. Pasado un rato, seguro que caes rendida en la cama.

Reconstituyente natural

Si en algún momento te sientes agotada, retírate un momento, empapa una toalla con agua caliente, échale dos o tres gotas de esencia de romero o menta y aplícatela en la nuca. El calor y el olor fresco te ayudarán a retomar la marcha.

Evita ciertos alimentos

* Aunque puedes tomarte un café bien cargado en el desayuno, lo más recomendable es que el resto del día "engañes el estómago" con descafeinados para no ponerte nerviosa.
* También conviene evitar el picante y las bebidas de cola. Y media hora antes de acostarte, tómate una infusión de tila, relaja bastante.

Optimismo ante todo

A pesar de que ahora el niño es pequeño y puede que le cueste conciliar el sueño, ya vendrán tiempos mejores. Ningún niño tiene problemas para dormir eternamente.