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04 noviembre, 2008

Ha nacido el bebé: ¿por qué estoy triste?

Después de dar a luz, la preocupación por cuidar bien a nuestro bebé o el agobio por la falta de tiempo pueden producirnos tristeza y ansiedad. Justo cuando más felices deberíamos estar, nos ponemos melancólicas.

¿Seré buena madre? ¿Sabré cuidar a mi hijo? Estas son algunas preguntas que surgen a las madres tras la llegada del bebé y que pueden producirles anisedad y tristeza.

El malestar anímico después durante el posparto es algo muy común: muchas mujeres se sienten tristes y con ganas de llorar los primeros días después del parto. Se produce por las dificultades para adaptarse a un cambio tan grande como la llegada de un hijo.

Proceso de adaptación

  • Tristezas de la maternidad, así se define la depresión posparto leve. La Sociedad Española de Medicina General (SEMG) lo define como un trastorno transitorio que aparece entre dos y cuatro días después del parto y desaparece de forma espontánea y sin secuelas, en un periodo de dos semanas.
  • Sus síntomas predominantes son: ansiedad, insomnio, fatiga, irritabilidad, cefaleas, cambios del apetito y sentimiento de minusvalía. Sin embargo, no impiden el desarrollo de la actividad maternal.
  • Es un proceso mental y fisiológico de adaptación a la nueva situación. Por desgracia, esta idea no está muy difundida y muchas mujeres sienten culpa o vergüenza por estar tristes o desanimadas, cuando se supone que la vida les sonríe, y ocultan lo que les pasa.
  • Otras madres hablan de sus sentimientos solo para verlos minimizados o para que las culpabilicen.
Cambio de vida

La tristeza de la maternidad se justifica plenamente en un período tan agitado como el posparto. Solo hace falta repasar las circunstancias del posparto para entender que es lógico que nos sintamos ansiosas, fatigadas o insomnes:
  • Los cambios corporales son inmensos. Se reducen bruscamente los niveles hormonales; el útero pasa de pesar 1 kilo a 70 ó 100 gramos; el sitio placentario tarda hasta 6 semanas en cicatrizar; se regenera el tejido que cubre internamente el útero, y el tracto urinario tarda 2 ó 3 semanas en normalizarse.
  • Se altera el ritmo del sueño, que ya no es regular y mantenido. Ahora depende de las necesidades del bebé.
  • El estilo de vida da un giro de 180º. Entre la teta, los pañales, los cólicos y los mimos no hay tiempo ni para bañarse.
  • Empieza una nueva relación con el bebé que, tras nueve meses de pertenecernos en exlcusiva, se ha integrado al mundo. Ahora hay que compartirlo y no solo responder sino también adivinar sus necesidades. Es un amor lleno de responsabilidad.
  • También están las circunstancias singulares de cada mamá, como un parto difícil, falta de confianza en ella misma para cuidar a su niño, poco apoyo de la pareja...
¿Qué pasa con las hormonas?
  • Muchos especialistas atribuyen este estado a los cambios hormonales propios del posparto.
  • Pero, aunque los niveles de estrógenos y otras hormonas que afectan a las emociones se reducen notablemente en esta etapa, no se han hallado diferencias entre los niveles hormonales de las mujeres que padecen una depresión y los de las que no.
  • Es posible que algunas mujeres sean más sensibles que otras a esos cambios
Consejos para el posparto

Sabiendo que el posparto es una etapa complicada, debemos prepararnos bien para atravesarla:
  • La pareja es lo primero. El papá debe ser muy constiente de que en esta etapa deben predominar el cariño, la ternura y el deseo sobre todo lo demás. Él también está emocionalmente conmovido, pero debe proteger a su mujer recién parida. Hay que buscar tiempo para estar juntos en el hospital y en casa. También debe usar las vacaciones y todas las bajas que se puedan conseguir.
  • Evitar el asalto de gente. Las visitas pueden ser gratificantes pero son agotadoras y nos quitan un tiempo precioso de intimidad familiar justo cuando estamos conociendo a un nuevo miembro.
  • Buscar ayuda para las tareas cotidianas. Tener a nuestra madre en casa puede venir muy bien. Pero, en algunos casos se prolonga la sensación de puerperio y la mujer tarda más en tomar las riendas de la nueva situación. Todo depende de cómo sea la relación madre- hija. Lo que no tiene contraindicación es la asistenta, aunque sea un par de horitas al día.
  • Relacionarse con otras mamás en las mismas circunstancias, aunque sea por teléfono. El curso de preparación al parto es una ocasión perfecta para hacer amigas.
  • Contar con un profesional de nuestra confianza para consultarle dudas.