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03 julio, 2008

Grasas: necesarias en la dieta


Son básicas en la alimentación del niño para favorecer su desarrollo intelectual y físico. Eso sí; debes acostumbrar a tu hijo a no abusar de las saturadas, que aumentan el colesterol malo.

Durante el primer año de vida el contenido de grasa del cuerpo del bebé pasa del 16 al 25 por ciento. Este aumento se almacena en el organismo para afrontar situaciones difíciles, como una disminución de alimento en caso de diarrea.

En los dos primeros años de vida la grasa le provee de los ácidos grasos y colesterol necesarios para formar células en todos los órganos, sobre todo en los ojos y en el sistema nervioso central.

La grasa también aporta calorías para equilibrar la energía que el niño pierde con la actividad física, que a esta edad suele ser elevada y muy importante para su desarrollo.

Un aporte de grasa suficiente en la dieta es imprescindible para el crecimiento y la evolución intelectual y psicomotora del pequeño. Un 30 por ciento de las calorías que consume deben provenir de las grasas y, de estas, un ocho por ciento deben ser saturadas. Entre las últimas hay que tener cuidado con las grasas trans, responsables de aumentar el colesterol malo.


Tipos de grasas: dónde se encuentran

Todas las grasas son combinaciones de ácidos grasos saturados y no saturados (polinsaturadas y monoinsaturadas), por lo que se dividen en saturadas e insaturadas dependiendo de sus proporciones.

  • Monoinsaturadas: Reducen el colesterol malo y aumentan o no influyen en el bueno. Se encuentran en las aceitunas, pistachos, almendras, avellanas, anacardos, aguacates, aceite de oliva.
        • Polinsaturadas: Igual que las anteriores, son importantes para mantener la buena salud. Como el cuerpo no puede producirlas por sí mismo, deben tomarse a través de los alimentos. Se ha descubierto que disminuyen el colesterol malo, pero también el bueno, por lo que no se puede abusar de ellas en exceso.
        • Omega-3: salmón, caballa, arenque, trucha, nueces, semillas de lino, semillas de soja.
• Omega-6: semillas de girasol, germen de trigo, sésamo, nueces, soja, maíz, aceite de maíz.

  • Saturadas: Aumentan los niveles de colesterol en sangre. Se encuentran sobre todo en alimentos de origen animal, pero también en alguno de origen vegetal: mantequilla, queso, carne, salchichas, lácteos enteros, tartas, masas, manteca, margarinas duras, aceite de coco, aceite de palma.
  • Ácidos grasos trans: Son grasas manufacturadas, usadas para prolongar la vida útil de productos elaborados como patatas fritas, hamburguesas y bollos no caseros. Pueden resultar peligrosas para el corazón.