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03 mayo, 2008

¿Cómo vencer el miedo al parto?


A medida que se acerca la fecha prevista de parto, la mayoría de las embarazadas empiezan a experimentar una serie de temores que pueden alterar su ánimo y la forma en la que se enfrentan al trabajo del parto. Es normal sentir miedo ante lo desconocido, aunque este desaparece al coger en brazos al recién nacido. Hablar de lo que angustia y tener información sobre lo que puede ocurrir ayuda a superar los temores.

¿Qué pasa si voy a la clínica y es una falsa alarma?
Nada. Durante las últimas semanas de gestación, ante cualquier malestar o síntoma que pueda hacer pensar que se ha iniciado el parto, conviene acudir a la clínica sin miedo a «hacer el ridículo». Si aún no ha llegado el momento te mandarán a casa y te indicarán cuándo debes acudir de nuevo a la maternidad. Vuelve a la clínica si continúa el malestar: nadie te va a recriminar nada.

¿Llegaré a tiempo al hospital?
El parto siempre se anuncia. Desde que aparecen las primeras contracciones hasta que se produce el alumbramiento pasan como media unas 12 horas, lo que permite llegar sobradamente al hospital, aunque haya que desplazarse unos cuantos kilómetros. Los nacimientos en la calle son rarezas.

¿Qué me espera en la sala de partos?
Un equipo de profesionales cualificados, dispuesto a acompañar y atender a la madre y al bebé, con el soporte tecnológico necesario para cada tipo de parto y las necesidades de cada mujer. Suelen estar el ginecólogo y/o la matrona que asisten el parto, las enfermeras que les ayudan, el anestesista encargado de vigilar el nivel de anestesia durante la intervención y, si las circunstancias no lo impiden, el padre.

¿Y si me pongo a chillar en el paritorio?
Para que el parto se desarrolle bien es esencial que la parturienta esté tranquila. Los profesionales ofrecen a la madre todo el apoyo necesario y las recomendaciones oportunas para evitar una posible pérdida de control.
La preparación al parto es muy importante. Los cursos proporcionan la información óptima para evitar situaciones de desconocimiento que generen inseguridad y la educación y entrenamiento necesarios para controlar el miedo, la tensión o el dolor.

¿Y si olvido las respiraciones aprendidas en los cursos de preparación?
Siempre vas a tener una matrona a tu lado, que te apoyará si los nervios te traicionan. Con la respiración se busca que el bebé esté relajado y oxigenado. Por eso hay que intentar que sea siempre lo más tranquila posible.

¿Soportaré los dolores?
El dolor es una percepción subjetiva. Cada persona tiene un umbral del dolor. Hay mujeres que dan a luz casi sin enterarse y mujeres que lo pasan mal desde la primera contracción. Las técnicas que se ensayan en la preparación al parto suelen aliviar bastante. Y puedes pedir la anestesia epidural, que elimina por completo el dolor.

¿Cuándo me pondrán la anestesia epidural?
Se aplica cuando el cuello del útero se ha dilatado unos 2-3 centímetros, es decir, una vez que se ha iniciado la dinámica del parto. No se pone si el parto está muy avanzado porque tarda de 15 a 20 minutos en hacer efecto. Para solicitarla hay que firmar antes un consentimiento informado.

¿Qué ocurre si el bebé no llora nada más nacer?
El hecho de que un bebé no llore nada más nacer no significa que no esté respirando o que le ocurra algo malo. Algunos niños se muestran tranquilos, mientras que otros lloran desconsoladamente. Es normal, todos los recién nacidos tienen un periodo de adaptación.

¿Duele mucho la episiotomía?
La episiotomía (una incisión que en ocasiones se practica en el periné antes de la salida de la cabeza del niño para prevenir desgarros vaginales) se realiza con anestesia local y no duele. Si se ha puesto la epidural, no hace falta aplicar anestesia local.

El fórceps y la ventosa, ¿pueden perjudicar al niño?
El fórceps y la ventosa permiten extraer al bebé suavemente, aprovechando los pujos de la madre durante las contracciones, sin producir daños a ninguno de los dos. Sólo se usan cuando el bebé no puede salir por sí solo.