Los padres de niños que padecen de sonambulismo, deben prestar mucha atención cada vez que el niño tiene un episodio, ya que si no es controlado, puede lastimarse, golpearse, o salir de su vivienda totalmente dormido, con todos los riesgos que esto implica.
Para ello deben recordar siempre que a un niño sonámbulo, lo mejor es no despertarlo, ya que el shock del momento puede ponerlos un poco agresivos y esto luego le impedirá dormirse de forma tranquila y natural.
Deben limitarse a observar cuáles son sus actitudes, hacia donde se dirige, que cosas hace y si hay riesgo alguno, guiarlo para que nuevamente retorne a su habitación. Para evitar riesgos de accidentes. Como no se descarta la posibilidad de que el niño se levante y quiera salir de la vivienda, se deben extremar las medidas de seguridad de la misma.
Igualmente se deben tener cuidados en la seguridad de la cocina, el baño, y cualquier otro ambiente donde el pequeño pueda dañarse. En los casos de que el niño tenga alguna alteración psicológica conocida por los padres, deben vigilar al niño y consultar específicamente con el especialista de confianza.