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16 octubre, 2009

Tensión alta en el embarazo: por qué la tienes que controlar

La tensión alta durante el embarazo es un factor de riesgo. En ocasiones, puede hacer necesario que la embarazada guarde reposo o incluso adelantar el parto. Conoce sus síntomas y su tratamiento.

La tensión alta (por encima de 140 mm Hg y de 90 mm Hg) puede ser crónica, es decir, previa al embarazo, o aparecer en el transcurso de la gestación.

¿Quiénes son más proclives a tener la tensión alta?

En la aparición de la tensión alta influye en primer lugar la cantidad de sangre que bombea el corazón y el tamaño y estado de las arterias. También es más frecuente en personas obesas o que abusan de la sal, consumidores habituales de alcohol y quienes están sometidos a una situación de estrés permanente.

¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión?

La tensión alta puede provocar cansancio, cefaleas, cambios en la visión, confusión, ansiedad, vómitos, transpiración excesiva, alteraciones en el color de la piel (palidez o enrojecimiento), dolor en el pecho, etc. En los casos más graves, puede ocasionar también hemorragia nasal, palpitaciones y zumbidos o ruidos en los oídos.

¿Qué consecuencias tiene la tensión alta en el embarazo?

Si una embarazada sufre hipertensión y no se trata, esta puede producir insuficiencia renal en la madre e interferir en el aporte de sustancias nutritivas y oxígeno al feto. La tensión alta también puede ser un signo temprano de preeclampsia, un mal funcionamiento de la placenta que puede afectar al desarrollo del feto.

¿Cómo se trata la hipertensión en el embarazo?

El obstetra toma la tensión a la mujer embarazada en cada una de las visitas. Si es alta, le recomendará reducir la sal en las comidas, hacer una dieta saludable, realizar ejercicio físico moderado, y si fuera necesario, tomar un tratamiento farmacológico.

Cuando el problema viene de atrás, es decir, en la hipertensión crónica, lo habitual es que los especialistas decidan suspender la medicación o cambiarla por otra opción más segura, ya que muchos antihipertensivos pueden ser peligrosos para el feto.
A veces es necesario que la embarazada guarde reposo.

¿Qué pruebas son necesarias si estás embarazada y tienes la tensión alta?

El diagnóstico se hace después de haber tomado varias veces la tensión arterial, y raras veces mediante análisis de sangre y orina.

Se lleva un seguimiento constante de los niveles de tensión de la futura madre. Si estos niveles de tensión se eleven en exceso, puede ser necesaria su hospitalización.

¿Cómo afecta la hipertensión al parto?

Se ha comprobado que los hijos de las mujeres que tuvieron tensión alta durante el embarazo pesan menos y pueden tener presiones arteriales más altas que los niños de mujeres que tuvieron tensión normal durante el embarazo. Si durante la gestación persiste pese al tratamiento, el obstetra decidirá si el embarazo puede continuar hasta el final o hay que provocar el parto antes de tiempo, en la semana 37–38ª, siempre que el feto esté totalmente formado.

Por: Carla Nieto
Asesores: Pedro de la Fuente y Miguel Ángel Herráiz. Catedráticos de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Complutense de Madrid.